
Hay cosas que son pura magia.
Que desde ti mismo salga un mensaje
dirigido a otros pero con tu nombre y en tu nombre.
Decir necesito. Me duele. No quiero.
Y si no eres escuchado, seguir el camino
(toda ceguera tiene algo de razón).
Si la tierra tiene sal, echar agua y si la sal persiste
esperar sentado acariciando la arena.
Y si nada creciera seguir esperando.
Hasta recibir la carta:
el campo ha muerto.
Recoger las herramientas,
comprobar de vez en cuando
si se necesitan manos.