Son las cosas más fuertes que he tomado
en estas últimas cien vidas
las que suponen en mi mundo
unas grietas muy sutiles y temibles.
Todos mis dolores eran centro
y no pensaba casi en nada,
me aburría mortalmente mientras solucionaba
tonterías importantes.
Y voló un nombre para hacerme pensar planos,
esos que se huían de mi casa.
Y así las cosas, sin quemarme,
pude seguir un trazo iluminado.