Veo la ventana abierta.
Veo luces.
Veo que quiero entrar y entro.
Veo que me esperas.
Veo que hay palabras en la mesa.
Veo que quieres que hable y hablas.
Saco lo que puedo y lo que tengo.
Te doy promesas. No las entiendes.
Te doy razones. Empiezas a escuchar ahora.
Tienes mis datos.
Coges mis manos. Las apresas
en tu corazón abierto.
Y pongo una pared entre mi agua y tu arena.
La cárcel y la cadena
no eran para que tú no vinieras.
Fueron, sobre todo,
para contener a este mar de fondo
que llevo en la cabeza.