No hacen falta y por eso
existen esas palabras que acogen
entre sus brazos llenando huecos.
Estar. Aquí. Enhorabuena.
Lo que diste ya está dado.
Nadie te lo quita, nadie se lo lleva.
Mañana. Todavía. Viaje.
Así como lo que yo pude entregar te pertenece,
también es tuyo lo que aún pienso:
gracias por el regalo de tener
tus manos apoyadas
en el mirador de mi vida.