Lo que me gusta
de todos y cada uno de vosotros
es veros enfurecidos hasta el carbón
con lo no admisible.
Lo que me gusta es sentiros ausentes y lejos.
Y saber que ahí también es cerca.
Me gusta el atropello y la disculpa,
el baile de máscaras. El problema.
No puede gustarme más
que estéis haciendo todo bien. Con dudas.
Todo mal. Con determinación.
Que matéis el tiempo
persiguiendo lo que aún es posible.
Que metáis en una maleta
un pedazo de papel con vuestra vida
escrita y borrada.
Definitivamente, me gusta sin medida
que seáis humanos equivocados de momento.
Humanos equivocados.
Humanos.