Los árboles en los bosques
crecen para no tocarse nunca,
para dejarse espacio y ayudarse,
por timidez o por valentía.
Ese espacio, esa línea en blanco
es el cariño de unos a otros
en su momento ecosistema.
Yo voy a extender las ramas
hacia todos vosotros.
Sin perjuicio
tal vez os llegue
alguna de mis intenciones.
Con más de cien millones
de años a mi espalda
mi tronco será sabio.
Podré seguir la idea
de amar sin hacer daño.