Lo que estoy mirando ahora, esa ruta,
da el mismo vértigo que otras veces. Pero ahora
el canto aquí y allá, el vuelo seguro
me acompaña y va diciendo
que es posible.
Nada de lo que hace
que un corazón lata con más fuerza
tiene el color gris de mis cien años.
Pero también es fuera donde ocurren esas cosas
que son ondas en un tiempo que bosteza.
Puedo seguir masticando, acorralando
al miedo y al final de toda historia
o agarrarte de la mano, aquí, bien cerca
para que puedas contarme, así, sin prisas
en dónde es que has estado,
en cuántas vidas has tenido también sueños.