El golpe de mazo
del recuerdo perfilado
de unos azulejos
azul y amarillo.
Una luz divergente
en el cuerpo del delito
en aquel espacio verde
de piel arrancada.
Y se puede seguir y seguir
(la mano sobre lo suave,
la mano que se despista…)
Pero ese tren llegó al destino
y no era ida y venida el viaje.
El bebé Lindbergh no volvió,
no busques lo que se ha perdido.
Pero no dejes que pasen todos
los regresos posibles.