Si todo o casi todo
es mentira y nada,
casi nada se merece la verdad de ser
en este agujero que llamamos planeta,
en este canto rodado que habitamos
por desgracia, por fortuna… Entonces
no tengo más testigos ni legado,
me quedo aquí sentada y a la espera
de una tarde de primavera en la que una música torpe
suena en la ventana
y siempre para siempre
la bebida está fría
y el corazón bien cálido.