Fracasa otra vez, fracasa mejor.
Samuel Beckett
Equivocarse es sagrado,
tiene su ritual y su fe.
Fallar hasta sabiendo que fallas
y aún así seguir fallando
por fidelidad a uno mismo,
por respeto a otros.
Acertar es tan fácil…
A veces simplemente sucede.
Te sientas a esperar y ocurre.
Y crees sentirte mejor con ello,
pero esa voz
que te habla al oído,
que inoportuna opina de todo,
te desconcierta diciendo que quizá, solo quizá
ese nuevo triunfo
aún no es suficiente.
Pero quien sigue y la persigue error tras error
tiene la disciplina calculada y metódica
de una abeja en su panal áureo.
Sin esperar de verdad el éxito,
no intentar para ganar,
solo seguir porque ese es el lugar,
porque victoria o derrota es un invento
para vender marcadores y etiquetas
y la variable tiempo importa,
la magia del todavía.
Y es que lo que no entiendo,
lo que me cierra la empatía
no es ese Coyote que no cambia de marca,
sino el que no da a los artilugios
segundas oportunidades.