Esta burbuja donde nuestros nombres
se pronuncian despacio,
saboreando.
Aquí no hay que elegir
y exponerse a que no guste.
Aquí es la seda y la luz
de una mañana, ciudad europea.
Mi hombro de piel blanca
bajo una mano, quizá la tuya.
Ojos clavados en ojos,
sin parar de pronunciar nada,
respiración
contenida,
suelta el aire en esta zona sensible,
disfrute de lo que sabemos
que está muriendo ahora mismo.