Escrito en 2020

Corredores de fondo

Se necesitaron algunas cosas
para volverte a la vida.
La conjunción de los astros
el año que me salvé del desastre.
Un eclipse de tormento
que crucé de puntillas.
Una idea que te cruza mientras dices «y si…»
Un dolor en el pecho mientras bebo té y espero.
Que la vida se abriera paso de la forma más antigua.
Que el mundo se parara para que habláramos.
Todo ese casi nada irrepetible
para volverte palabras.
Y un torrente de recuerdos
se precipita entre una música lejana
y un latido conocido
y los cuido
como ese jardín donde creces,
como esa casa que no visitas y te duele.

Estas son mis manos,
estos mis oscuros
y acá las luces si también las quieres.
Esta vez sin puntos ciegos,
que nadie espere en los rincones.
Que la alegría también sea
una palabra puesta tras otra
como ladrillos de un castillo
sin dragón ni princesa.

Y si no saliera
sufriré un instante
seguido de todos.
Y una verdad necesaria
te verá alejarte
sabiendo que espera otra vida,
también hermosa,
pero también sin ti.

Reconocerás mis ojos
muy posiblemente
más cansados,
más audaces.
Y lo nuevo, quién sabe,
podrá decepcionarte.
Y si aún te quedas
el aire se abrirá paso
y serás bienvenido
con menos abriles,
solo algún septiembre
y todos los mayos.

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