
Tantas veces te tuve nunca.
Tantas veces cogí tu mano ninguna,
aquí, justo a mi lado,
te miro cuando escucho cristales, sonrío
al vacío que deberías ocupar,
imagino
que estás, que das
la vuelta a esa palabra que te lanzo.
Tantas veces agarré nada,
tantas veces construí la azotea sin cielo,
que ya soy incapaz de distinguir
la verdad de la cuenta pendiente.