
Estoy pensando en mí
como pienso yo en ti,
como una construcción amplia, no difusa,
difícil de encontrar y de entender,
continua y ajustada
que tan pronto se escapara,
pero vuelve para proponer un juego, una apuesta fuerte.
Yo sé que tú ya eres.
Ahora voy a crecer yo de este
mantillo fértil, del amor, del número correcto.
Y llegarán, llegarán los días
también de frío y yo te abrigo.
Porque eres lo que eres
y nada menos,
nada menos que un día que no mengua.
Porque eres tú me habitas
y me calas sin fractura.
Porque eres un saludo que no se esperaba
y acelera cuanto toca.