
Si habremos perdido la inocencia
que os veo a todos no exactamente viejos o cansados,
solo con ojos no sabios de experiencias,
sí sabedores de que el horror existe
y habitó entre nosotros.
No hay cuchillas agudas mordiendo esta tela.
Es peor.
La ola que nunca volverá a darte miedo,
la vuelta de todo y el menú hecho.
«Lo he visto», has dicho.
A partir de aquí ya todo existe.
A partir de aquí veo arrugarse
el último papel amarillo, lento,
sin que yo pueda ya escribir en él
otro capítulo.