
Resulta que a donde volviste
fue al lugar donde me encontraste y donde yo ya no estaba.
Recorriste cada hito para captar las gotitas que quedaban.
Y yo ya no estaba.
Te adentraste hasta las últimas brasas, cambiaste hasta de nombre.
Y yo ya no estaba.
Hiciste la vida que podría haber sido.
Hiciste una vida.
Por mí. Sin mí.
Cuando por fin llegaste a mi oficina
presentaste tus impuestos, nueva imagen.
Allí donde yo estaba
ya no cabía
nada de mí.