
Tendrías que conocer
cuál es mi chocolatina preferida,
por qué vivo donde vivo, por qué hago lo que hago.
Tendrías que saber si miento y cómo miento,
cómo desenmarañarme para entenderme,
cómo puedo convencerte de lo increíble si quiero
y cómo no dejarte.
Tendrías que descubrir mis canciones favoritas,
mis momentos más terribles,
todo lo que soñé y se hizo realidad,
todo lo que temo que exista algún día.
Tendrías que comprender
las frases que ni yo entiendo,
que Dios creó la ironía y vio que era buena,
que sorprenderme es la única manera de darme oxígeno.
Y así, cuando lo tengas todo listo,
en esta vida mejor que en la otra,
te hago espacio aquí a mi lado,
y te enseño que yo también puedo romperme,
que conozco más palabras de las que en realidad uso
y que está bien ser el ratón que se esconde en la hierba
sin rezar para que no le coman.