
Siempre imaginé que tú serías
un alto en el camino, un punto y coma,
algo que recibo y reconforta
y se agradece porque ya hizo su trabajo.
Siempre te pensé como una fiesta
que se vive una vez en esta vida,
Cenicienta hasta las doce de la noche
que corre pues no cree que valga mucho.
Pero se impregnan mis minutos con tus horas
y dices que no puedes ya marcharte,
serás habitual,
serás el puerto
que puede no saber qué significa
y puede contener todo el sentido.