
Cuando dejas de seguir todas las sombras
proyectadas en el ras de la caverna
ves lo que hay, no siempre hermoso,
ves lo que hay, con mil defectos,
ves lo que pueden dar de sí tus propios ojos
y dejas de buscar en cada hueco
porque ya estaba lo exacto y riguroso,
no una aproximación de lo que pudo.