
Hoy ya todo es distinto.
El foco que ilumina el proscenio
se apaga, pues la obra
termina y conviene
que vayamos a casa con la cabeza baja.
Hoy ya todo se acaba.
De la cena quedan sobras, platos sucios;
de la fiesta, confeti tirado ya sin ganas.
Ayer la voz asomando en las rendijas,
hoy silencio de atmósferas presentes.
El espacio que cupo entre mis manos que sujeta
agua, suspenso, irrealidades,
termina hoy, pena de muerte
a la ilusión que tuve
cuando me nombraste.