Mientras me sube la fiebre como sube el café,
casi con alegría, sabiendo
que si enfermo es que vivo,
con un mareo que dicen que las drogas
pueden darte, pero tengo más experiencia
en jaquecas y migrañas,
veo cómo el hielo patina los tejados, pienso
en no ser nada, menos que esa urraca, pero entonces
¿cómo podrán encontrarme?
Ahora siempre hace frío.
Y quizá es mejor así.