No puedo ser la niña buena y también la mala,
la mosca muerta, la femme fatale.
Cuidado con la obediencia.
No soy total y pánica, no llego a todo.
Cuidado con el ego de no admitir que me equivoco.
No hay cristal que no sea frío, no hay clemencia
que no traiga algo de pérdida.
Cuidado con no entender que el desierto
es también un laberinto.